Dentro de los lenguajes de programación web, coincidimos todos en que CSS es el más sencillo. Está basado en una lista simple de propiedades que afectan a un elemento. ¿Que necesitas cambiar el tamaño de un texto? Tienes la propiedad la font-size, y así con todos los elementos.
La dificultad viene cuando estás embarcado en un proyecto profesional con una cierta complejidad y esperas un rendimiento alto de la programación. Ahí el CSS se convierte en un sistema también complicado, teniendo en cuenta además que a la gran variedad de propiedades a aplicar a un elemento o conjunto de elementos hay que sumar múltiples navegadores y motores de diseño.
Este artículo pretende ser una recopilación de los errores más comunes.